Se ha disputado la vigésimo
primera jornada de liga en la primera división del fútbol español, durante el
pasado fin de semana.
Por la parte alta de la tabla ha
aumentado la distancia entre el primero y el segundo clasificado, ya que el
Barcelona ha vencido a Osasuna con cierta facilidad, aunque también con alguna
ayuda arbitral, cosa que no creo que les hiciese ninguna falta, pero lo cierto
es que la ayuda existió en forma de expulsión de Arribas, cuando con pitar el
penalti era más que suficiente, sin ser necesario que Teixeira Vitienes
mostrara la segunda amarilla. A esta victoria del conjunto dirigido ayer por
Jordi Roura, se unió la derrota del Atlético de Madrid en San Mamés por tres
goles a cero. Sigue siendo una gran temporada la del conjunto del Manzanares,
aunque con la lesión de Falcao parece y de hecho es menos equipo para poder
disputarle la liga al Barcelona.
Siguiendo con el tema de las
ayudas arbitrales, en el Santiago Bernabéu hubo un poco de eso ya que el primer
gol del Real Madrid contra el Getafe debió ser anulado por un placaje de
Carvalho sobre Moyá que el señor colegiado tuvo a bien pasar por alto y en el
cuarto gol del conjunto blanco concedió un penalti que debió ser el único que
lo vio en todo el estadio. Tampoco creo que fuera necesaria ninguna ayuda para
ganar al Getafe en casa. Eso sí, nadie del equipo blanco salió quejarse ni a
preguntar ¿pur qué? en rueda de prensa, esperemos que tampoco lo hagan en
derrotas venideras.
Un partido que me llamó
poderosamente la atención fue el disputado en la noche del sábado en el estadio de
Riazor entre el Deportivo de la Coruña y el Valencia, el resultado fue de dos a
tres para los visitantes. Quisiera empezar diciendo que el resultado “solo” fue
de dos a tres por la ausencia de Soldado, sino sería de dos a siete como
mínimo. El caso es que todavía hoy que ya han pasado cuarenta y ocho horas me
cuesta definir el espectáculo ofrecido por el conjunto coruñés. Por poner un
ejemplo en el primer gol valencianista, había un jugador del Deportivo
observando la jugada como un espectador más (de aficionados ya están las gradas
bastante bien pobladas en Riazor) a Silvio jugador en cuestión se le
fichó para jugar, cosa que afortunadamente consideró el árbitro que debía dejar
de hacer nada más comenzar la segunda parte, la pena fue que no lo hubiese
considerado en la primera, cuando solo le sacó amarilla en una falta merecedora
de mayor castigo.
Continuando con este magistral
partido que tuvimos ocasión de paladear, diré que no soy capaz de recordar la
cantidad veces que se quedaron los jugadores del Valencia a tirarle a quema ropa al
pobre Aranzubía (que aun debe tener el cuerpo calentito) no se puede adelantar
la línea defensiva, si nadie presiona al pasador.
Después tuvimos el gusto de
presenciar la estratosférica actuación de Asunçao, jugador del que
desgraciadamente no nos dejó contemplar en toda su extensión el señor colegiado
al interpretar una llave de Judo como acción antirreglamentaria dentro de un
campo de fútbol, (cosas de árbitros que no tienen sentido del humor) y es una
verdadera lástima para el próximo rival del Deportivo.
La verdad es que cuatro jornadas
después de la llegada de Domingos Paciencia el equipo está peor que con Oltra y
quiero recordar que estos dos fenómenos citados anteriormente fueron traídos a
petición del actual entrenador, cosa que no se hizo con el anterior, que se le
trajo lo que nadie quería del Rio Miño hacía abajo.