martes, 22 de mayo de 2012

El mejor de Europa

El pasado sábado se disputo una nueva final de la Champions League, llegaron dos equipos completamente antagónicos en lo que a conceptos futbolísticos se refiere. Aunque tal vez tengan más diferencias que las meramente deportivas. El Bayern de Munich es equipo histórico de la vieja Copa de Europa y de la actual Champions, nada menos que cuatro títulos adornan su palmarés. El Chelsea por su parte llegaba a su segunda final tras perder una en una tanda de penaltis en el año 2008.

No solo hay diferencias en el palmarés de uno y otro, sino que el Bayern es un equipo que en los últimos años se ha caracterizado por el trabajo de cantera, siendo ésta la base de su once inicial en la actualidad, gente como Lahm, Swanstaiger, Kroos o Muller, entre otros, son algunos de los canteranos que han ido llegando a la primera plantilla del conjunto bávaro en los últimos años, no solo han llegado sino que son piezas claves en el esquema de su entrenador, Jupp Heynckes, también lo son de la selección alemana. También se puede decir del actual Bayern que es un conjunto que le gusta tratar bien el balón, no solo es un equipo ordenado tácticamente como se le presume a cualquier conjunto alemán, sino que hoy en día gusta de un fútbol de toque y lejos ya del tradicional juego directo tan frecuente hasta hace bien poco en los equipos de ese país.

Por el contrario el Chelsea es un equipo que hasta no hace demasiado tiempo pasaba sin pena ni gloria por la Premier League. Un buen día llegó un multimillonario ruso para comprar el club, Román Abramovich. Que en los últimos nueve años se ha gastado la nada despreciable cantidad de novecientos millones de Euros para ganar la Champions que tanto se le había resistido en todo este tiempo. Al contrario que el Bayern, el conjunto inglés no suele sacar canteranos en su once titular, de hecho de los jugadores que disputaron la final solo Ryan Bertrand tuvo un breve paso por las categorías inferiores del club londinense. No solo existen diferencias a nivel de estructura de plantilla, también existen diferencias en el concepto futbolístico, al conjunto de Roberto Di Matteo no le importa en absoluto la posesión de balón, al contrario se siente muy cómodo defendiendo, siempre lo hace juntando dos líneas de cuatro en las proximidades del área propia. La construcción del juego ofensivo es de lo más arcaico que yo haya visto en mi vida, bien con un pelotazo arriba para que Drogba o el delantero de turno la juegue de espaldas a portería o bien con la conducción de uno de los laterales.

Dicho todo esto, casi todos pensábamos que el Bayern sería campeón con toda seguridad, yo mismo me incluyo entre los que daban como favoritos a los alemanes, cabe recordar que se jugaba la final en su propio estadio . Pero al mismo tiempo las circunstancias en las que ambos equipos habían llegado a la final, me hicieron recordar otra final de la extinta Copa de Europa, la del año 1988 a la habían llegado el Benfica y el PSV Eindhoven. El conjunto entonces dirigido por Guus Hiddink, llegaba hasta aquella final de una forma muy parecida a la del Chelsea este año, es decir, sufriendo lo indecible y siendo inferior futbolísticamente a la mayoría de sus rivales. Había más coincidencias, en la final del pasado sábado no pudo participar el jugador que es por decirlo de alguna manera es el estandarte del club inglés, John Terry, en la final de aquel año 1988 era Ronald Koeman, el que no podía jugarla, en ambos casos por sanción.

Pues finalmente todo fue bastante parecido a aquella final, un equipo que intentaba jugar (Benfica en el 88) y Bayern el sábado, y otro que se defendía como buenamente podía. Para continuar con las coincidencias las dos finales se resolvieron en la tanda penaltis.

En fin, que la orejona permanecerá en poder del Chelsea durante un año y es justo a mi entender,  para jugadores como Peter Cech, John Terry, Frank Lampard, Michael Essien o el mismo Didier Drogba era la última oportunidad de conseguir un gran título a nivel de clubes, y sinceramente por creo que se lo han merecido.

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