Se disputó la decimoquinta
jornada de liga en la primera división del fútbol español durante el pasado fin
de semana.
Lo más destacado fue un record
goleador, concretamente el de Leo Messi que con los dos goles del domingo ante
el Betis suma ochentaicinco este año y bate así la anterior marca de goles en tan solo doce meses en posesión del alemán Gerd Muller. Uno a dos fue el resultado
final, en un partido donde me atrevería a decir que fue superior al conjunto
verdiblanco que llegó a tirar tres balones a los palos de la portería defendida
por Víctor Valdés.
La otra marca histórica fue la del
colombiano Radamel “Falcao” que le hizo cinco tantos a un pobre Deportivo que
terminó encajando un set. No recordaba semejante cifra goleadora en un partido
desde que Fernando Morientes le metiera también cinco a Las Palmas. Seis a cero
para los colchoneros fue el resultado final, con una defensa deportivista de
circunstancias, con dos juveniles en el centro, Roderik y Pablo Insua que
debutaba en el once de partida del equipo coruñés, tocándole bailar con la más
fea.
El resto de la jornada nos dejó
una victoria del Real Madrid sobre el Valladolid en el estadio José Zorrilla.
Hasta dos veces consiguió ponerse por el conjunto castellano, en dos jugadas a
balón parado y que están siendo el auténtico talón de Aquiles del Madrid esta
campaña. En la primera de ellas el pasado sábado hasta tres jugadores pudieron marcar
el gol, finalmente lo conseguiría el angoleño Manucho a bocajarro, el segundo
también fue obra del delantero centro africano, en el gol más fácil que
seguramente habrá conseguido en toda su carrera, siendo espectador de excepción
Sergio Ramos que se encontró en estado vegetativo a lo largo del partido. Eso
sí, despertó en la rueda de prensa para volver a quejarse del arbitraje. No
recuerdo ninguna queja suya en la jornada anterior cuando le escupió a Diego
Costa y tendría que haber sido duramente sancionado.
Otro partido en donde hubo quejas
contra el árbitro, fue en el disputado en la noche del viernes en el estadio de
Cornellá, entre Español y Sevilla. Aquí el trencilla Muñiz Fernández (el engominado)
decidió inventarse el reglamento. En una falta favorable al conjunto hispalense
al borde del área local, ordenó efectuar el lanzamiento, acto seguido se quedó
mirando no sé muy bien que cosa mientras José Antonio Reyes lanzaba sobre la
meta españolista. Sorpresivamente se acercó a dicho jugador y le sacó una tarjeta
amarilla (era la segunda) a partir de ahí reinó el desconcierto total. Este
hombre no puede volver a dirigir un partido de fútbol en ninguna categoría, son
muchas las veces que la ha liado gorda y la suerte que tuvo fue que se encontró
con Michel que es una persona educada, de haber sido algún otro estaríamos
hablando de este espectáculo de aquí a final de temporada.
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